Podología Infantil. Pies a punto para la Vuelta al Cole

Con la llegada del curso escolar hay que ponerlo todo a punto, y una herramienta básica son los pies de los niños. Si ves que tiene una marcha insegura o si tropieza con frecuencia, es señal de que algo no funciona bien y hay que acudir al podólogo.

Si a los tres o cuatro años un niño tiene una marcha inestable, si se tropieza o se cae con frecuencia, necesita ser atendido por un podólogo, el menor tal vez requiera un tratamiento ortopodológico (con plantillas), o deba someterse a una exploración biomecánica, un estudio de la marcha y de todos los parámetros del pie, la rodilla y la cadera, y si hay alguna patología, se debe poner una solución médica.

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Calzado recomendable

De año y medio a 4 años:  Hay que comprar un zapato que sobre 1 centímetro, de los dedos al zapato en la puntera, para que el zapato no se quede pequeño enseguida. Las suelas deben ser flexibles de unos 3 a 5 milímetros de grosor. Hay que vigilar la talla cada 2 meses.

De 4 a 7 años:  La suela puede ser de unos 8 milímetros, debe ser flexible sobre todo la zona delantera del pie para que pueda tener juego los dedos. Aconseja un zapato redondeado por delante y cerrado para que sujete más el pie.

A partir de los 7 años: Aquí ya tienen una marcha de adulto. Necesitan un zapato más fuerte para que de estabilidad. Debe tener contrafuertes en la parte trasera que rodea el talón, se puede dar más grosor a la suela del zapato, incluso con un poco de tacón. Vigilar el material, porque la mayoría de zapatillas son de polipiel, y si el pie del niño suda, hay que evitar esa zapatilla.

Young child standing at the edge of a pool

¡No podemos descuidar los pies de los pequeños!